Comentarios sobre libros y otras publicaciones

Lecturas- Densidades no 14 - diciembre 2013

Transcripto de la presentación del mencionado libro que tuvo lugar en la Casa Nacional del Bicentenario de la Secretaria de Cultura de la Nación Argentina, en la Ciudad de Buenos Aires, el 3 de diciembre de 2013. Contó con la participación del autor junto a Alfredo Zaiat, Leopoldo Moreau, Jorge Taiana y Aldo Ferrer.

Presentador: El autor del libro que presentamos hoy, Dr. Mario Rapoport, Licenciado en Economía Política por la Universidad de Buenos Aires (UBA), Doctor en Historia por la Universidad de París-La Soborna, Profesor Emérito de la UBA, Doctor Honoris Causa de la Universidad Nacional de San Juan, investigador superior del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), Director del Instituto de Estudios Históricos, Económicos, Sociales e Internacionales del CONICET. Lo acompañan hoy en esta Mesa Alfredo Zaiat, Licenciado en Economía de la Universidad de Buenos Aires. Desde 1987 trabaja en Página 12 y desde 1997 ocupa el cargo de Jefe de la Sección de Economía y del Suplemento económico Cash de ese diario. Leopoldo Raúl Guido Moreau, periodista y político. En la década del ‘70 se incorpora en el periodismo grafico omo periodista en diversos medios, entre ellos La Opinión, pero esa profesión la ejerce hasta su elección como diputado nacional en 1983. Se incorpora a la Unión Cívica Radical en 1960. En 1968 fue uno de los fundadores de la Junta Coordinadora Nacional y de Franja Morada como organización radical, y en 1972 participó de la fundación del Movimiento de Renovación y Cambio, dirigido por Raúl Alfonsín. Ha sido diputado nacional; senador nacional y candidato a Presidente por la Unión Cívica Radical. El Licenciado Jorge Taiana es Sociólogo egresado de la Universidad de Buenos Aires y se ha desempeñado como docente universitario e investigador en varias casas de altos estudios de Argentina y del extranjero. En su trayectoria pública en el ámbito de las relaciones internacionales y derechos humanos es de destacar su desempeño como Secretario Ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA entre 1996 y 2001, como Coordinador Nacional de la IV Cumbre de las Américas entre 2003 y 2005, y como Ministro de Relaciones Exteriores, Comer- cio Internacional y Culto de la Argentina entre 2005 y 2010. Actualmente se desempeña como Director General del Centro Internacional de Estudios Políticos de la Universidad Nacional de San Martín y fue elegido Legislador de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Aldo Ferrer es Contador Público, Economista y político argentino, recibido en la Universidad de Buenos Aires. Desde agosto de 2011 se desempeña como Director Editorial del diario Buenos Aires Económico y fue Embajador de Argentina en Francia. Es uno de los economistas más activos en la denuncia de los efectos negativos de los fenómenos globalizadores sobre los países periféricos. Introdujo el concepto de densidad nacional para explicar las razones de insuficiente desarrollo de países como Argentina. Después de haber presentado a todos y cada uno de los integrantes de esta Mesa, los voy a dejar directamente con los integrantes.

Alfredo Zaiat: Mis agradecimientos primero. Me siento muy contento y cómodo de poder estar en la Casa Nacional del Bicentenario. Con su directora, Liliana Piñeiro, estuvimos trabajando cerca de dos años en la muestra Economía y Política 200 años de Historia y lo estuvimos haciendo con Mario Rapoport. Y déjenme que antes de hablar del libro, quiero hablar un poco de mi vínculo con él. Y a la vez también decirles que estamos ya terminando el año 2013, creo que es esta mi última presentación en el año y la verdad que el 2013 para mí en cuestiones de presentaciones y de charlas ha sido un privilegio constante. ¿Por qué? Porque hace poco en Canal 7, en la reinauguración de la muestra de Economía y Política, 200 años de Historia en el hall central, tuve también el privilegio de presentar a Aldo Ferrer en el estudio mayor. Y Aldo y Mario son la verdad mis dos grandes referentes en el pensamiento económico vinculado a la economía política. Fíjense un elemento interesante de las presentaciones de cada uno de nosotros, un elemento interesante para poder captar y analizar desde algunas de las ideas que surgen del libro de Mario, es que cuando lo presentaban a Mario dijeron “Licenciado en Economía Política” y cuando me presentaron a mí, simplemente “Licenciado en Economía”. ¿Qué pasó, hicimos carreras diferentes los dos? Los dos estudiamos en la misma facultad, la Facultad de Ciencias Económicas, tenemos una diferencia de edad, pero esto es un elemento interesante para después abordar lo que es el primer capítulo del libro de Mario.

Pero quiero hablar de Mario. Mario Rapoport referente, Mario Rapoport economista, Mario Rapoport periodista, Mario Rapoport autor de muchísimos libros y Mario Rapoport maestro. La verdad que yo me siento privilegiado de poder haber trabajado con él en Página 12 con la sucesión de fascículos que finalmente se transformaron en un libro, Historia de la Economía Argentina del Siglo XX; de trabajar en la muestra de Economía y Política; y de trabajar y tener vínculos personales relacionados con artículos que le pido y que con puntualidad y extensión exacta manda para Página 12. Y la verdad que cuando uno trabaja con un maestro, con un maestro con la humildad que tiene Mario porque si uno tiene que encontrar una de sus virtudes –además de ser un gran historiador, un gran economista, además de trabajar con equipos de jóvenes donde los va formando- bueno es su humildad. La verdad que la humildad lo hace grande y la verdad que yo me siento un privilegiado, un privilegiado de haberlo conocido, privilegiado de poder tenerlo como un amigo y que él me reconozca como amigo y también como profesional.

Ya después del tema emotivo paso a temas que hacen al debate. La verdad que me voy a concentrar en el primer capitulo porque es uno de los ejes centrales de mi trabajo. Cuando yo escribo para tratar de analizar los fenómenos políticos, económicos y sociales, esta división -que para mí sirve para poder entender precisamente los debates económicos- entre ortodoxos y heterodoxos es fundamental. Y es fundamental a partir de tratar de entender, mi gran motor en el periodismo, mi gran motor en la divulgación es tratar de entender. Y para tratar de entender hay que leer a los que saben. Bueno, Mario es uno de ellos. Y cuando se habla del tema de ortodoxos y heterodoxos, la verdad que empieza a definir mejor la comprensión de los fenómenos económicos y de cuáles son los senderos para enfrentar esas crisis.

Porque ¿qué es la economía? Hay una respuesta en general de la población y yo lo padezco con el diario, con la sección de economía: “yo de economía no entiendo”. Entonces pasan rápidos las hojas de los diarios, cosa que me pone un poquito nervioso porque después van todos a las charlas o vamos todos a escuchar en la tele o en la radio para ver qué dicen los economistas. Leamos y tratemos de buscar un poco la respuesta. Entonces por eso compren el libro porque así también entienden un poco más. Porque hay un aspecto importante con el tema del saber económico, porque como sociedad o como lectores, o como oyentes, al plantear inicialmente “no entiendo de economía”, lo que estamos haciendo es ceder el conocimiento, y cuando se cede el conocimiento uno está sometido, está sometido a los falsos profetas y a los vendedores de ilusiones. Y para poder entender algo que permanentemente está en nuestra vida cotidiana que es la economía, hay que hacer un pequeño esfuerzo, el pequeño esfuerzo de la lectura. Y los textos de Mario, los libros de Mario, la obra de Mario es entendible, se puede abordar para poder comprender los fenómenos políticos, económicos y sociales. No es ese lenguaje cerrado, críptico, inentendible de los economistas ortodoxos y alguno que otro heterodoxo. Entonces aprovechemos, precisamente para poder ingresar en los debates, a leer, a hacer ese pequeño esfuerzo sobre una disciplina que es la ciencia económica, como hacemos esfuerzo para cualquier otra disciplina cuando nos enfrentamos ante el desconocimiento.

Yo pongo habitualmente el siguiente ejemplo que está vinculado con mi trabajo en el periodismo. En el diario Página 12 la renovación tecnológica siempre fue muy lenta y escribimos durante muchísimos años en máquinas de escribir, esas Remington, que le pegábamos a cada tecla. En un momento invirtieron y cambiaron a computadoras y a procesadores de texto. En ese momento tuvimos que hacer un esfuerzo para empezar a conocer algunas reglas básicas de un procesador de texto. Eso exigió un pequeño esfuerzo. A eso los convoco, a que tengan un pequeño esfuerzo de la lectura de obras que tienen que ver con la vida cotidiana nuestra pero que son entendibles, que se pueden entender y comprender. Y a partir que uno empieza a entender y conocer es muchísimo más fácil ingresar en los debates cotidianos.

Ortodoxos, heterodoxos. Yo les planteaba y les decía ¿qué es la economía? Para hacer una definición llana y readaptada, la economía es un espacio donde se dirimen intereses contrapuestos de diferentes sujetos sociales y económicos. Y por consiguiente siempre están en tensión y siempre hay conflicto, y por consiguiente siempre es político y es de disputa de poder. Frente a esa definición básica uno puede empezar a entender qué es lo que está sucediendo en los fenómenos económicos, la situación económica, no esta idea de mercado que ordena esta disputa como si fuese un elemento neutro, cuando en realidad es una permanente disputa de poder.

Hay una definición aquí en el primer capítulo que quiero compartir con ustedes, que nos dice la forma en que la ortodoxia trata de abordar los debates económicos, y lo hace mediante: “la simplificación de los saberes que resultan de la concepción neoclásica [ortodoxa, conservadora, neoliberal así tenemos todas las definiciones comprensibles] impide captar de ese modo la naturaleza compleja y dinámica de los fenómenos económicos y especialmente el rol de las instituciones y el Estado”. Entonces para entender la actual crisis mundial que abarca al 60% del producto bruto mundial, o sea de la generación de riqueza de bienes y servicios del mundo, el 60% está estancado en recesión o con un leve crecimiento (Estados Unidos, la Unión Europea y Japón) y es una crisis que ya transcurre por su sexto año y es de unas dimensiones que hay que remontarse a la depresión de la década del ‘30 del siglo pasado. Lo que refleja esta crisis, no es solamente una crisis de las hipotecas subprimes, de la crisis financiera de Estados Unidos que después contagió a Europa, sino lo que refleja es la profunda crisis del paradigma ortodoxo, del paradigma neoliberal que ha dominado durante estos últimos 40/50 años. Por consiguiente cuando se habla de salida de la crisis, lo que uno tiene que empezar a observar si es que empieza a cambiar ese paradigma de organización de la sociedad y de la economía.

Porque hay una tendencia que lleva precisamente a la confusión, que es que los que provocaron la crisis, los que con construcciones teóricas llevadas a la práctica -por ejemplo que los mercados se autorregulan- provocaron esta fenomenal crisis económica mundial, tienen el discurso -que parte de las sociedades y parte de los políticos o de gobiernos aceptan- que no están equivocados, que el error no es de la teoría llevada a la práctica, sino que la realidad es la que está equivocada. “La ceguera existente en el pensamiento neoliberal, que no reconoce sus errores, lleva a que uno de sus representantes más conspicuos, George Stigler, afirme que no es la ciencia económica [ciencia económica entendida como ese pensamiento único, ortodoxo] la que está equivocada sino la realidad”. Y si ustedes escuchan a toda esta secta de economistas locales ortodoxos, neoliberales sobre qué es lo que ha sucedido en estos últimos diez años, vinculado a sus permanentes errores de pronóstico, no es que sus pronósticos están equivocados sino que las políticas que se llevan a cabo son las que llevan a los errores. Fíjense el discurso perverso que tienen que es que la realidad es la que se equivoca y no la teoría y la forma de entender la realidad.

Hay un decálogo del neoliberalismo en la página 37 que no voy a leer los diez, voy a leer algunos, pero que es fabuloso. El decálogo del neoliberalismo según Philip Mirowski que es un economista de la Universidad de Notre Dame de Estados Unidos. El primero dice: “La teoría económica reinante se dedica a la promoción y producción intencional de ignorancia”. Es maravillosa esta definición, porque si uno tiene que encontrar, para tratar de hacer algún cable a tierra a la Argentina, tienen la soberbia de ser los promotores de la ignorancia. A mí me resulta difícil mencionarlos como economistas, porque la verdad en la mesa hay dos maestros, dos economistas y si yo digo estos economistas es como una situación despectiva. Yo le encontré una definición, es una definición periodística, lo que me permite a mí la utilización de la palabra para tratar de encontrar definiciones. Por ahí no es muy académico, yo sé que no van a utilizar esta definición de estos profesionales que circulan por los medios con el título de Licenciado en Economía. Yo los denomino como “hombres de negocios dedicados a la comercialización de información económica” (Aplausos) y la verdad que es una profesión que les va muy bien. Yo los defino así. Ustedes aplauden pero ellos ganan muchísima plata, tienen legitimidad social en los medios. Pero la verdad que al definirlos de esa forma, a mí internamente te me libera de culpa, porque yo escribía “los economistas de la city”, “los economistas del establishment”, “los gurúes”, “economistas, economistas” y digo bueno que se yo, yo de algo me recibí, la verdad que la mencionarlos de esa forma estaba siendo despectivo con los profesionales de la ciencia económica, con los que estudiaron. Y la verdad que los que están y los que nosotros vemos permanentemente no lo son, son otra cosa, hacen otro trabajo y les va muy bien. Pero además tienen la soberbia de ser promotores de la ignorancia.

Bueno sigo, el segundo punto del decálogo: “El neoliberalismo basa la legitimidad de la democracia en la misma idea de mercado”, o sea la política es tratada como un mercado. El tercero: “El Estado se convierte en un mercado de poder con políticas autoritarias si es necesario (Chile y Argentina)” por ejemplo. El cuarto: “El neoliberalismo no pretende eliminar el Estado sino redefinirlo”. Es una definición muy acertada, es una definición que sirve precisamente para eludir la ignorancia porque siempre se habla del Estado ausente. No, lo que ha hecho el neoliberalismo es redefinir ese Estado en función de defender los beneficios o los privilegios de sectores minoritarios.

Voy a saltar al octavo y al noveno así ustedes se quedan con la duda de cuáles son los otros y compran el libro. El octavo: “Las desigualdades sociales, políticas, económicas, etc., no son un lamentable subproducto del mercado que hay que corregir sino una condición necesaria para su buen funciona- miento”. Y el noveno: “Las grandes corporaciones son la forma más elaborada del éxito económico. Las leyes antimonopolio son restos de las viejas modalidades de concebir el orden económico”.

Y para cerrar y no extenderme mucho más, quiero terminar con una definición de un economista heterodoxo que la verdad viene como un anillo al dedo para también definirlo a Mario Rapoport. Según Daniel Cardot -digo entre paréntesis, en las pocas páginas si ustedes ven la erudición de Mario, la cantidad de autores que ha leído para escribir y la vez cómo enseña porque yo leo y veo este autor y me dispara a decir bueno quiero buscarlo porque yo lo desconozco, entonces eso es un maestro-, según Cardot: “El heterodoxo es alguien que va a contracorriente; no cree en la racionalidad del homo œconomicus. Afirma la complejidad del mundo y, para comprenderlo mejor, se dirige hacia las otras ciencias sociales. [...] El heterodoxo no piensa la economía como la búsqueda de la más grande satisfacción posible al menor costo, sino como un mundo pleno de incertidumbre y de oportunidades, donde los intereses divergen y se entrechocan, engendrando relaciones de poder, conflictos y pasiones. Gracias

 

Leopoldo Moreau: Bueno a diferencia de Zaiat, yo voy a empezar por el último capítulo, por el epílogo. No porque haya leído el libro de atrás para adelante, sino porque allí hay una afirmación que me parece trascendente en la medida en que creo que define el carácter de toda la obra.

El autor señala algo que puede resultar para los entendidos un lugar común pero que en definitiva me parece que es necesario subrayar. Él dice que la economía es una ciencia social que nunca puede desvincular- se del análisis político y sostiene que las tensiones que la economía expresa siempre se dirimen en el campo de la política. Y creo que el aporte más importante de esta obra es la articulación que hace entre economía y política. No presenta la economía como una representación matemática, no le da el status de propiedad del mercado.

Y creo que es un insumo imprescindible esta obra para aquellos que tengan un compromiso militante o para aquellos otros que sin tenerlo quieran asomarse a las inquietudes de la vida social, de la vida nacional y tratar de tener la posibilidad de entender los fenómenos que van discurriendo en esta puja política. Tiene todos los ingredientes para eso y los tiene con un carácter docente. Tiene mucho de teoría económica, recién se señalaba, la diferencia entre el pensamiento de los economistas ortodoxos y heterodoxos, nos presenta las crisis recurrentes del capitalismo, tomando como punto de partida la del año 29 en Estados Unidos. Pero también desmenuza las diferencias que hace un tiempo se manifestaron entre lo que se denominó el capitalismo renano y la contraposición que algún autor caracterizó como el capitalismo reaganiano o thatcheriano. A partir de allí uno puede entender la declinación política en la medida que esa frontera se fue borrando entre el capitalismo reaganiano y el capitalismo renano, la declinación política que han tenido las variantes socialdemócratas en Europa.

Tiene mucho de historia económica argentina, es una contribución enorme para el aprendizaje de la historia económica argentina. También es muy riguroso y puntilloso en la descripción y nada dogmático, porque cuando describe algunos economistas representativos de las corrientes del pensamiento nacional no deja de lado por ejemplo a Alejandro Bunge que militaba en un espacio conservador, y a pesar de eso –como lo destaca el autor- hizo un aporte fundamental a las corrientes de pensamiento vinculadas al desarrollo industrial de la década del ‘30 y del ‘40.

También ayuda, y mucho, para entender cómo herramientas de política económica se fueron desarrollando acordes con estos pensamientos. Hace una descripción de cómo se desarrolló, a lo largo de la historia económica argentina la política tributaria, la política cambiaria, el rol del Banco de la República y del Banco Central, el fenómeno de la inflación. Es decir, aporta elementos que permiten ir hilvanando y entendiendo cómo todas estas herramientas se fueron articulando para configurar distintos modelos económicos de los que hemos ido conociendo en las últimas décadas de la Argentina. Pero no es una descripción neutra, sino que también contiene la riqueza del aporte de quien propone, por eso además del pensamiento económico, además de historia económica de la Argentina, hay un proyecto de País, un proyecto de Nación contenido en este libro, que también llega en buen momento porque me parece que condice con una Argentina que así como hace 30 años salió del autoritarismo para estacionarse en una sociedad democrática, a partir del 2003 salió del neoliberalismo para estacionarse en una sociedad con pretensiones inclusivas y autónomas para desarrollar su propio proyecto de Nación, pero que sin lugar a dudas, a pesar de todos los logros y los avances que se ha producido, necesita de nuevos aportes para superar lo que han sido los clásicos “cuellos de botella”, que muchas veces han frustrado las mejores intenciones de quienes han pretendido llevar adelante políticas nacionales autónomas.

Por eso me parece que el libro también nos aporta enseñanzas en términos de entender que el fenómeno del desarrollo industrial es casi una de las claves para salir de esos cuellos de botella y no quedar encerrados en las fluctuaciones cambiarias, en las insuficiencias que el sector primario tiene para entender las necesidades de desarrollo que tiene la Argentina, que siempre nos meten en el mismo círculo vicioso. Es decir, es una mirada realmente integral, que aporta todos estos elementos y creo que hay que agradecerlo, se lo debemos agradecer los que tenemos un compromiso político, se lo deben agradecer las nuevas generaciones que se están incorporando a la vida política también con un fuerte compromiso, porque en definitiva presentar la Economía desde este lugar, también en estos 30 años que estamos celebrando, es un aporte a la consolidación de la democracia, porque todos sabemos que la democracia genera más derechos en la medida en que precisamente la economía no esté al servicio de las facturaciones de empresas o no esté al servicio de quienes quieren generar un proceso de acumulación de capital sin límites, sino que fundamentalmente esté al servicio del hombre y fundamentalmente además comprometida con una distribución del ingreso que exprese valores de igualdad social, que signifique generar condiciones para el desarrollo de aquellos aspectos que tienen que ver con el mejoramiento de la calidad de vida de nuestros compatriotas.

Y yo creo que este libro, en ese sentido, es una gran contribución, que le va permitir a aquellos que se suman a estos compromisos políticos, sobre todo a los más jóvenes, a articular y entender la política de una manera tal que los libere del voluntarismo, de las miradas fantasiosas, y sobre todo de aquellos que quieren presentar a la economía como desarticulada y aislada de las luchas políticas. Porque los que pretenden presentar la economía de esa manera, la presentan de esta forma porque quieren seguir siendo dueños de la vida, de la propiedad, de los argentinos en su propio beneficio. Muchas gracias.

 

 

Jorge Taiana: Primero muchas gracias por la invitación, es un gran honor estar acá. Y debo decir que estar acá subido me da un poco de vergüenza hablar de economía delante de Mario y delante de Aldo es una muestra de que uno puede hacer cosas irresponsables, espero que me disculpen.

Yo creo que es un libro desmitificador y tiene ese esfuerzo grande de recuperar ese concepto de economía política, que Alfredo al final no explicó, pero es una cosa que está en el libro. Entre las cosas que cuenta Mario, una de las primeras medidas que se toman durante la dictadura aquí cerca en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires es cambiarle el nombre a la carrera de Licenciatura en Economía Política, deja de ser economía política, para ser Licenciatura en Economía. Se le despoja el atributo de político a la licenciatura. Detrás de esa pequeña palabra que se suprime hay una profunda definición acerca del carácter de esa disciplina. Acá estamos ante un trabajo de economía política y de economía política de primera magnitud. Y que junta varios aspectos, porque por un lado tiene todo esto que se señaló del debate teórico, que empieza con el origen de las teorías económicas, con los fisiócratas y después las escuelas liberales.

No sólo hace un análisis de las ideas de ortodoxos y heterodoxos, sino que lo va combinando con los debates políticos y económicos que se dan en las respectivas sociedades, básicamente las sociedades que se van desarrollando, la sociedad británica que es largamente proteccionista hasta que triunfan los liberales con la ley de granos y las actas de navegación. Luego está el tema de otro desarrollo más tardío de Alemania y Estados Unidos que mantienen por supuesto su proteccionismo. Es decir el debate este entre heterodoxos y ortodoxos no es planteado acá como un debate abstracto sino como un debate que tiene que ver con fuerzas económicas, con intereses y con posiciones, y a la luz de eso va analizando buena parte del siglo XIX y sobre todo el siglo XX y el mundo que se construye hacia la salida de la crisis de los ‘30. Él toma la crisis de los ‘30 para compararla con la actual, la crisis del 2008, pero sobre todo el sistema internacional que se construye a partir de la posguerra con los acuerdos de Bretton Woods y lo analiza, porque es evidente y eso es lo que va a quedar del libro, que ese sistema está en crisis y que sin embargo no hay propuestas claras para reestructurarlo ni para modificarlo en profundidad. Entonces vamos a tener una visión de la evolución de las teorías económicas, y los distintos debates, Keynes y el surgimiento de los neoliberales y después de toda la escuela que finalmente con Friedman va recuperando espacio político hasta que Thatcher y Reagan la vuelvan hegemónica políticamente. Al mismo tiempo va marcando eso y el ascenso de toda la desregulación financiera y por tanto el crecimiento del capital financiero, y también al mismo tiempo va mostrando una evolución de la historia económica argentina, del pensamiento económico en la Argentina y analiza algunas de las claves y, no sé si de los mitos, pero de los grandes temas: el banco central, la inflación, etc., etc. Y los va juntando tratando de mostrar esto que señalaba Leopoldo, la articulación entre la economía, la política, la teoría económica y la evolución de los intereses y de los sectores.

Hay varias cosas que yo quiero destacar, no me voy a extender porque vamos a querer escuchar a los maestros, pero hay dos o tres temas que creo que vale la pena destacar. Uno tiene que ver con la crisis internacional y la falta de perspectiva de solución de la misma, porque en las críticas que se ven en el libro no se ve una salida fácil a esa crisis, y al contrario se señala la ausencia de medidas claras para salir de la misma, y cómo algunas cosas que podrían hacerse se toman solo de manera muy limitada. Cómo por ejemplo la aplicación muy parcial de la Tobin Tax que plantearon y entraría en vigor el año que viene, pero realmente nadie se ha metido efectivamente de forma clara con los desregulados sistemas financieros, nadie ha atacado los paraísos fiscales, nadie ha cuestionado de fondo las recetas ortodoxas que se están aplicando en Europa y nadie ha destacado lo que él destaca y es cómo el funcionamiento, aparentemente y sorprendentemente bueno y exitoso de Alemania en todo este proceso se ha dado a través de un proceso muy concreto que es la situación de los trabajadores alemanes, primero en la Alemania recientemente unificada y luego a través del deterioro de sus condiciones y sobre todo la precarización laboral. Esto es parte del secreto del enorme incremento de la productividad alemana en los últimos tiempos, y hablo de este aspecto porque no aparece como un tema más o menos destacado en los análisis que se hacen.

También es interesante la reflexión sobre el crecimiento de China, y lo que a mí me pareció que es un interrogante sobre el futuro sostenible de ese proceso de expansión y la capacidad de ese sistema de virar de un crecimiento que está basado bastante en el crecimiento de sus exportaciones hacia un crecimiento más centrado en el desarrollo de su mercado interno, y en qué medida esto se puede gestar o llevar adelante sin una crisis.

Quiero hacer una mención especial. Él habla de varios pensadores argentinos, yo quiero referirme a algunos a los que conocí especialmente, y que me pone muy contento que los haya citado. Uno es John William Cooke que fue un extraordinario militante. Yo era bastante joven pero lo conocí en sus últimos años y siempre admiré la capacidad que tenía de trasmitir a nivel masivo, a compañeros de la más diversa formación, en general trabajadores, los desafíos de la política económica. A pocas personas les oí hablar con tanta claridad de lo que era el proceso de concentración monopólica y de extranjerización de nuestra economía, como él planteo en aquel famoso Informe a las bases que publicó poco después del golpe de 1966. Luego él también rescata a Julio Olivera que era una personalidad completamente distinta, por supuesto a Cooke. Era un muy introvertido, extremadamente formal, con el cual tuve la satisfacción de trabajar cuando yo era secretario de mi padre, mi padre Ministro de Educación, y Julio fue Secretario de Ciencia y Tecnología, en 1973 y 1974. Quiero recordar también a Oscar Braun que fue un hombre enormemente talentoso con el cual compartí militancia y sueños políticos y que murió lamentablemente muy joven en un accidente en Europa, en el exilio. Y a Horacio Ciafardini con el cual compartí algunas económicas caminatas en el penal de Rawson, donde aprendí algo de economía, por lo menos él intentaba enseñarme y que lamentablemente también murió muy joven. Gracias Mario por acordarse de estas personas que no sólo fueron grandes economistas, sino que además tuvieron un rol muy importante en la formación de muchos compañeros. Y quiero terminar con una frase que voy a citar, que es del libro y que me parece que resume buena parte de lo que nos interesa como argentinos, porque todo lo que hace Mario, en realidad, es hacer una pregunta sobre cuáles son las condiciones y las posibilidades para el desarrollo y el bienestar de los argentinos, eso es lo que está presente permanentemente en la búsqueda del libro. Allí en el libro él escribe una frase que a mí me parece que resume con mucha claridad y dice así: “En la Argentina de hoy, donde los problemas del desarrollo y la distribución de los ingresos van de la mano, la profunda necesidad de articular un proyecto nacional, del que depende nuestro futuro como individuos y como nación, requiere la construcción de un nuevo tipo de Estado, con una democracia mucho más participativa y fuertes bases institucionales. Y con políticas que sirvan para cubrir, con los ingresos de los que tienen beneficios extraordinarios, el todavía enorme déficit social, la ampliación y el mejoramiento de la infraestructura, la diversificación del aparato productivo y la creación de nuevas tecnologías”. Gracias Mario por la invitación.

 

 

Aldo Ferrer: Buenas noches, muchas gracias por esta invitación para participar en la presentación de este libro de Mario Rapoport. En realidad es otro ejemplo de la insistencia de Mario de tratar de entender al país, y a partir de allí formular su visión de lo que es necesario para desplegar el potencial argentino, constituir una nación moderna, inclusiva socialmente, en que el desarrollo económico y social esté a la altura de la cultura argentina. Y en este abordaje de Mario, en este libro y en los anteriores, sigue una metodología que me parece muy importante, que es tratar de entender la realidad a partir de la trayectoria histórica del contexto mundial, qué pasa en el mundo y qué pasa en el país, cómo han ido evolucionando contemporáneamente los acontecimientos mundiales y los acontecimientos argentinos, y la relación entre lo externo y lo interno que en definitiva conforman la trama histórica del despliegue del país. Y hace este abordaje y este análisis de lo de afuera y lo de adentro poniendo en contrapunto los datos de la realidad, los hechos concretos de la realidad, con las ideas que prevalecen en cada época y que de alguna manera son determinantes de la realidad, en cuanto el comportamiento de las sociedades y de los actores políticos y sociales se trasmite a través y se consuma a través del despliegue de las ideas. Entonces este libro es otro ejemplo en ese sentido, de este tipo de abordaje, de ver el mundo, de ver el país, de ver la relación entre ambos planos, de ver la realidad y de ver las ideas. Y a partir de esto, de este enfoque que me parece indispensable en cualquier análisis de la situación argentina van surgiendo los temas y los problemas, abordándolos concretamente a partir de esta forma de observar la realidad. En el libro surge, por ejemplo, el tema del Estado, cuáles son los problemas del Estado en una economía capitalista de mercado, cuáles son las relaciones entre el Estado y los actores privados que constituyen el mercado, y esto permite identificar la importancia fundamental de las políticas públicas en la conformación del desarrollo económico. Economías que en definitiva, la experiencia histórica demuestra hasta ahora, que tienen que ser economías mixtas, en que se conjugue el liderazgo de las políticas públicas con la iniciativa privada, el impulso a la inversión, el crecimiento al cambio técnico.

Esta compleja realidad, de relaciones entre las políticas públicas y el mercado, surge en uno de los capítulos del libro. A partir del mismo enfoque surge el tema de las relaciones entre el campo y la industria, que es un viejo dilema que Argentina, en parte no llegó a resolver. Su formación histórica, que se inaugura a partir de su inclusión en el mercado mundial, después de la primer revolución industrial y sobre la base de la extraordinaria dotación de tierras fértiles en la región pampeana, la conformación del sistema económico y político con una fuerte concentración de la propiedad, la formación de una clase política y económica que conforma. digamos el sistema económico y social internacional, y como esto se va transformando en el tiempo a partir de la crisis del ‘30, y que fue un shock fundamental para esa vieja estructura y cuáles son los problemas del desarrollo industrial y de la conformación de una economía que necesariamente tiene que apoyarse en esos dos pilares. Cuáles son los problemas que subsisten para encontrar, digamos, las políticas que permitan desplegar plenamente el potencial de la producción primaria con el pleno despliegue de la producción industrial y sobre todo de los componentes científicos y tecnológicos que son el motor del desarrollo en las sociedades modernas.

Y surge también del libro el contrapunto entre cuáles son los problemas en una economía de mercado de promover la inversión con inclusión social, contrapunto entre la acumulación y la distribución, que es uno de los grandes dilemas de una economía de mercado y surge también en el libro el contrapunto entre el desarrollo nacional y la globalización. Cómo se registra en un país como el nuestro el proceso de construcción nacional y el desarrollo que siempre es en primer lugar un proceso de construcción en un espacio nacional, cómo se construye esa realidad en un mundo crecientemente globalizado donde la realidad nacional aparece penetrada cada vez más profundamente por los acontecimientos externos, cómo en esas condiciones una sociedad preserva y despliega su potencial y su capacidad de decidir su propio destino.

Entonces, este tipo de abordaje en este libro, que es tradicional en los otros trabajos también de Mario, yo creo que es absolutamente pertinente para poder acercarse a la realidad con realismo y con capacidad propositiva. Y desde allí surgen entonces los programas muy puntuales, porque no se trata solo de las grandes opciones: campo, industria, o de la combinación de ambos elementos, o del desarrollo nacional y la globalización, ni el Estado y el mercado, se trata de encontrar respuesta a las cuestiones operativas de la política económica, el manejo del tipo de cambio, la moneda, la política fiscal, qué se hace con la inversión extranjera, cuál es el papel del capital extranjero y del ahorro nacional y de la empresa nacional en un proceso de crecimiento.

Esto permite incluso entender mejor dilemas tan complejos como el de los tipos de cambio diferenciales para atender aquel viejo problema, en un tema que trata muy bien también Mario en el libro que es el aporte de Marcelo Diamand, la estructura productiva desequilibrada, cómo se opera un sistema de tipo de cambio diferenciales en una estructura en la cual las condiciones de competitividad y de productividad de los sectores es muy distinta.

Entonces, vuelvo a insistir, a partir de este enfoque el tratamiento de estos problemas puntuales aparece con más claridad y hay uno de los capítulos que me pareció muy interesante en el cual Mario se pregunta si tenemos o no tenemos una burguesía nacional. Este es un viejo debate. Está claro que como objetivamente sucede estamos en una economía de mercado y de lo que se trata es desarrollar una economía de mercado impulsada por el Estado con políticas públicas inclusivas de apoyo a la educación, a la ciencia y demás En esa economía de mercado hay un actor fundamental que es el empresariado, el empresariado nacional y tenemos o no tenemos un entonces aparece en el tratamiento del tema. Bueno, desde luego comportamiento de empresarios que muchas veces apoyaron ideas que no tienen nada que ver con el desarrollo nacional y otras ciertamente en sentido contrario. Pero la conclusión de Mario me parece absolutamente acertada, en el último párrafo de ese apartado dice “en realidad la pregunta de si tenemos o no tenemos burguesía nacional tiene respuesta solamente por las políticas estatales más que en los comportamientos de la burguesía”. Y efectivamente yo creo que es una observación muy acertada, porque la formación de, cuando observa el caso de, para no ir muy atrás en la historia, para ir, digamos a la experiencia contemporánea, en estos países asiáticos cómo Corea, Taiwán, China –luego desde una escala fenomenal-, donde sin duda la existencia de burguesías nacionales, de empresariados nacionales, son protagonistas fundamentales de la transformación. ¿Cómo surgieron? Surgieron porque se crearon marcos políticos institucionales de incentivos, de apertura de espacios de rentabilidad para atraer la iniciativa privada orientada a objetivos nacionales y por lo tanto efectiva- mente, como dice Mario, la pregunta solo tiene respuesta en el marco de las políticas públicas.

Esto quiere decir también que tenemos que construir una burguesía nacional a partir de las políticas que decide la sociedad argentina en el marco de la democracia y de la división de poderes, crear los mecanismos que determinan que la ganancia que en definitiva el empresario -como dice mi querido amigo Helio Jaguaribe-, es un maximizador de ganancias, combina recursos para ganar dinero, puede tener algunas otras motivaciones pero lo fundamental es realmente la combinación de recursos para ganar dinero. Entonces el conjunto de políticas y de marcos institucionales determinan donde se puede ganar dinero, si se puede ganar dinero aplicando la tecnología, innovando, acumulando capital, proyectándose al mercado mundial, tendremos una burguesía nacional, y si tenemos marcos inestables donde la política cambia de un día al otro, donde predomina muchas veces, como sucedió en el período neoliberal, los intereses de los grupos económicos concentrados y sobre todo de la especulación financiera, no vamos a tener una burguesía nacional. Yo suelo decir por ejemplo, para dar un caso, que si trajéramos a la Argentina a los empresarios coreanos, que son probablemente prototipo de empresarios nacionales, de burgueses nacionales, los traemos a la Argentina en diversos momentos históricos donde predominó la especulación en vez del trabajo y la producción, se van a comportar como los empresarios acá. Entonces este capítulo de Mario me parece particularmente acertado, porque da una buena respuesta a este dilema social, político y económico que tiene la Argentina.

Lo último que quiero decir es que para los que nos ocupamos de estas cosas, como pasa con Alfredo por ejemplo, el trabajo de Mario nos ahorra una gran cantidad de trabajo, porque realmente, yo cuando actualice, por ejemplo en el año 2004, La economía argentina, el libro de Mario La historia económica, política y social de la Argentina me ahorró una gran cantidad de trabajo, porque tiene una capacidad de manejar una gran cantidad de información y una gran amplitud de ideas, que cuando uno tiene que abordar el mismo tema, bueno, allí él hizo en trabajo por uno. Así que en cierto sentido Mario es co-autor de los libros de muchos de nosotros y de los artículos porque efectivamente nos hemos nutrido en buena parte de su trabajo, así que yo lo felicito a Mario y este libro es realmente imprescindible. Muchas gracias

 

Mario Rapoport: Tratar de entender al país, y a partir de allí formular su visión de lo que es necesario para desplegar el potencial argentino, constituir una nación moderna, inclusiva socialmente, en que el desarrollo económico y social esté a la altura de la cultura argentina. Y en este abordaje de Mario, en este libro y en los anteriores, sigue una metodología que me parece muy importante, que es tratar de entender la realidad a partir de la trayectoria histórica del contexto mundial, qué pasa en el mundo y qué pasa en el país, cómo han ido evolucionando contemporáneamente los acontecimientos mundiales y los acontecimientos argentinos, y la relación entre lo externo y lo interno que en definitiva conforman la trama histórica del despliegue del país. Y hace este abordaje y este análisis de lo de afuera y lo de adentro poniendo en contrapunto los datos de la realidad, los hechos concretos de la realidad, con las ideas que prevalecen en cada época y que de alguna manera son determinantes de la realidad, en cuanto el comportamiento de las sociedades y de los actores políticos y sociales se trasmite a través y se consuma a través del despliegue de las ideas. Entonces este libro es otro ejemplo en ese sentido, de este tipo de abordaje, de ver el mundo, de ver el país, de ver la relación entre ambos planos, de ver la realidad y de ver las ideas. Y a partir de esto, de este enfoque que me parece indispensable en cualquier análisis de la situación argentina van surgiendo los temas y los problemas, abordándolos concretamente a partir de esta forma de observar la realidad. En el libro surge, por ejemplo, el tema del Estado, cuáles son los problemas del Estado en una economía capitalista de mercado, cuáles son las relaciones entre el Estado y los actores privados que constituyen el mercado, y esto permite identificar la importancia fundamental de las políticas públicas en la conformación del desarrollo económico. Economías que en definitiva, la experiencia histórica demuestra hasta ahora, que tienen que ser economías mixtas, en que se conjugue el liderazgo de las políticas públicas con la iniciativa privada, el impulso a la inversión, el crecimiento al cambio técnico.

Esta compleja realidad, de relaciones entre las políticas públicas y el mercado, surge en uno de los capítulos del libro. A partir del mismo enfoque surge el tema de las relaciones entre el campo y la industria, que es un viejo dilema que Argentina, en parte no llegó a resolver. Su formación histórica, que se inaugura a partir de su inclusión en el mercado mundial, después de la primer revolución industrial y sobre la base de la extraordinaria dotación de tierras fértiles en la región pampeana, la conformación del sistema económico y político con una fuerte concentración de la propiedad, la formación de una clase política y económica que conforma. digamos el sistema económico y social internacional, y como esto se va transformando en el tiempo a partir de la crisis del ‘30, y que fue un shock fundamental para esa vieja estructura y cuáles son los problemas del desarrollo industrial y de la conformación de una economía que necesariamente tiene que apoyarse en esos dos pilares. Cuáles son los problemas que subsisten para encontrar, digamos, las políticas que permitan desplegar plenamente el potencial de la producción primaria con el pleno despliegue de la producción industrial y sobre todo de los componentes científicos y tecnológicos que son el motor del desarrollo en las sociedades modernas.

Y surge también del libro el contrapunto entre cuáles son los problemas en una economía de mercado de promover la inversión con inclusión social, contrapunto entre la acumulación y la distribución, que es uno de los grandes dilemas de una economía de mercado y surge también en el libro el contrapunto entre el desarrollo nacional y la globalización. Cómo se registra en un país como el nuestro el proceso de construcción nacional y el desarrollo que siempre es en primer lugar un proceso de construcción en un espacio nacional, cómo se construye esa realidad en un mundo crecientemente globalizado donde la realidad nacional aparece penetrada cada vez más profundamente por los acontecimientos externos, cómo en esas condiciones una sociedad preserva y despliega su potencial y su capacidad de decidir su propio destino.

Y desde allí surgen entonces los programas muy puntuales, porque no se trata solo de las grandes opciones: campo, industria, o de la combinación de ambos elementos, o del desarrollo nacional y la globalización, ni el Estado y el mercado, se trata de encontrar respuesta a las cuestiones operativas de la política económica, el manejo del tipo de cambio, la moneda, la política fiscal, qué se hace con la inversión extranjera, cuál es el papel del capital extranjero y del ahorro nacional y de la empresa nacional en un proceso de crecimiento.

Esto permite incluso entender mejor dilemas tan complejos como el de los tipos de cambio diferenciales para atender aquel viejo problema, en un tema que trata muy bien también Otro aporte en el libro es el análisis del de Marcelo Diamand, la estructura productiva desequilibrada, cómo se opera un sistema de tipo de cambio diferenciales en una estructura en la cual las condiciones de competitividad y de productividad de los sectores es muy distinta. Hay uno de los capítulos que me pareció muy interesante en el cual Mario se pregunta si tenemos o no tenemos una burguesía nacional. Este es un viejo debate. Está claro que como objetivamente sucede estamos en una economía de mercado y de lo que se trata es desarrollar una economía de mercado impulsada por el Estado con políticas públicas inclusivas de apoyo a la educación, a la ciencia y demás. En esa economía de mercado hay un actor fundamental que es el empresariado, y la pregunta consiste en saber si tenemos o no tenemos un empresariado nacional.

Desde luego me refiero en el sentido negativo al comportamiento de empresarios que muchas veces apoyaron ideas que no tienen nada que ver con el desarrollo nacional y otras ciertamente en sentido contrario. “en realidad la pregunta de si tenemos o no tenemos burguesía nacional- dice un autor que cito- tiene respuesta solamente por las políticas estatales más que en los comportamientos de la burguesía”. Y efectivamente yo creo que es una observación muy acertada, porque cuando se observa el caso de, países asiáticos cómo Corea del Sur, Taiwán, China para no ir muy atrás en la historia, para ir, digamos a la experiencia contemporánea, la existencia de burguesías nacionales, de empresariados nacionales, o de un capitalismo de estado (caso chino), constituyen protagonistas fundamentales de la transformación. ¿Cómo surgieron? Surgieron porque se crearon marcos políticos institucionales de incentivos, de apertura de espacios de rentabilidad para atraer la iniciativa privada orientada a objetivos nacionales y por lo tanto, la pregunta solo tiene respuesta en el marco de las políticas públicas.

Esto quiere decir también que tenemos que construir una burguesía nacional a partir de las políticas que decide la sociedad argentina en el marco de la democracia y de la división de poderes, crear los mecanismos que determinan que la ganancia que en definitiva el empresario es un maximizador de ganancias, combina recursos para ganar dinero, puede tener algunas otras motivaciones pero lo fundamental es realmente la combinación de recursos para ganar dinero. Entonces el conjunto de políticas y de marcos institucionales determinan donde se puede ganar dinero, si se puede ganar dinero aplicando la tecnología, innovando, acumulando capital, proyectándose al mercado mundial, tendremos una burguesía nacional, y si tenemos marcos inestables donde la política cambia de un día al otro, donde predomina muchas veces, como sucedió en el período neoliberal, los intereses de los grupos económicos concentrados y sobre todo de la especulación financiera, no vamos a tener una burguesía nacional. Yo suelo decir por ejemplo, para dar un caso, que si trajéramos a la Argentina a los empresarios coreanos, que son probablemente prototipo de empresarios nacionales, de burgueses nacionales, los traemos a la Argentina en diversos momentos históricos donde predominó la especulación en vez del trabajo y la producción, se van a comportar como los empresarios acá.

En el ojo de la tormenta, por lo menos un título que vende, ¿no? Porque creo que evidentemente en Argentina no nos damos cuenta que vivimos en un mundo tormentoso, en un mundo que está en una profunda crisis y que a pesar de eso la hemos pasado regularmente bien en los últimos años, hemos sufrido y estamos sufriendo los de las consecue

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