Comentarios sobre libros y otras publicaciones

Un intelectual de su época

LA CAPITAL, ROSARIO, SUPLEMENTO SEÑALES, Adelanto de Bolchevique de salón, Domingo, 19 de octubre de 2014.

 

En la Argentina existen aún algunos velos que debemos levantar si pretendemos entender mejor nuestra propia historia, como aquel que cubre la figura casi olvidada hasta hace pocos años de Félix José Weil, un intelectual y mecenas argentino, hijo de un rico comerciante de granos judío-alemán que hizo su fortuna en el país. Weil es conocido sobre todo por haber financiado en Alemania, antes de la llegada del nazismo, un instituto de estudios sociales, económicos y filosóficos que dio origen a la famosa Escuela de Frankfurt, integrada por prestigiosos pensadores europeos de izquierda, cuya influencia trascendió en los movimientos estudiantiles de 1968.

Esta biografía se centra en torno a la persona de Weil, sus labores institucionales, sus compromisos políticos y sus contribuciones intelectuales. El título «bolchevique de salón» era un apodo que el mismo Weil irónicamente se daba y que fue también utilizado a su respecto por otros conocidos suyos. Era un nombre frecuente en la Alemania de la época para mencionar a aquellos que eran revolucionarios sólo de palabra. En verdad, no fue estrictamente su caso pero llegó a aceptarlo.

El libro comprende también la historia de su padre, Hermann, y de la compañía de exportación de granos que dio origen a su fabulosa fortuna, así como la incidencia y forma de actuar de ese tipo de empresas en el boom agroexportador de fines del siglo XIX y las primeras décadas del XX. Hermann, de humildes orígenes, fue un personaje igualmente notable tanto por sus emprendimientos empresariales en la Argentina, donde especulación e ingenio jugaron a la par, como por su vinculación con el imperio alemán durante la guerra o su posterior apoyo a las iniciativas contestatarias de su hijo.

Un elemento común de las publicaciones sobre la Escuela de Frankfurt es que toman por lo general a Félix sólo como su mecenas, no como una figura destacada intelectualmente entre sus miembros. Habría que preguntarse, como veremos a lo largo del libro, si la segunda aserción es cierta. «Félix Weil, hijo de un millonario, funda un instituto de marxismo con la esperanza de poderlo entregar algún día a un victorioso Estado alemán de consejos obreros.» Con esa frase, que encabeza el primer capítulo de su gran obra sobre la Escuela de Frankfurt, Rolf Wiggershaus da por definido y casi terminado el rol de Weil en ella. Por suerte no fue así, de lo contrario este libro y la investigación apasionante que lo precedió, no tendrían sentido. Lo más extraño quizá, porque sus trabajos escritos se centraron sobre todo en la Argentina, es que aquí tampoco resultó debidamente valorado.

En su caso, sus vivencias personales y su toma de conciencia de los cambios políticos, económicos e ideológicos que se produjeron en el mundo con la Primera Guerra Mundial y las revoluciones rusa y alemana, tendrán sobre él una influencia decisiva que lo llevaría a romper con su medio y a destinar su fortuna a actividades académicas y militantes donde se sostenían principios contrarios a sus propios intereses personales.

Su vida, que parece extraída de una novela, incluye su niñez en Buenos Aires; una educación secundaria y universitaria en Alemania; su participación a favor de su país de adopción en la Primera Guerra Mundial; su adhesión al marxismo; su intervención después de la guerra en actividades revolucionarias en Europa y América del Sur; la creación del Instituto de Investigación Social de Frankfurt; sus vínculos con la Rusia soviética; el retorno a su país de origen en 1920, que dio por resultado un trabajo sobre la clase obrera argentina; su colaboración en la Argentina de los años treinta con el equipo económico de un gobierno conservador y fraudulento, representante de la vieja oligarquía que él condenaba, pero entre quienes tenía algunos amigos; y la publicación, en 1944, en Estados Unidos, donde se radicó hasta su muerte, de un único, notable y controvertido libro, Argentine Riddle (El enigma argentino). En ese texto realiza un precursor y polémico análisis histórico y de la coyuntura argentina de entonces, en el cual se interroga acerca de lo que podría ocurrir en el país luego de la experiencia de la crisis mundial y de la guerra.

Allí muestra sus cualidades de economista e historiador y pertenece a lo mejor de lo escrito sobre el país para su época, aunque sostenga propuestas discutibles, tenga errores en la interpretación de algunos hechos clave y hoy, a la luz de la nueva bibliografía aparecida posteriormente, podamos hacer un balance más crítico de su contenido. Su análisis descarnado sobre la cuestión agraria y la industrialización, así como su enfoque interdisciplinario siguen valiendo todavía y constituyen uno de sus mayores méritos.

A ese libro se agregan artículos y reseñas sobre problemas de la industrialización en América Latina y sobre la economía y la política de la primera presidencia de Perón, además de una serie de trabajos en torno a cuestiones más técnicas en las que participó como en la elaboración de la ley de impuesto a los réditos en la Argentina.

También realizó varios ensayos y artículos polémicos con respecto a temas económicos y políticos clave de su época, algunos con planteos teóricos, otros de divulgación: el proceso de socialización, el capitalismo de Estado y la planificación económica, el nazismo, la experiencia soviética, el New Deal. Editó trabajos de Rosa Luxemburgo y acerca del antisemitismo, y estuvo involucrado en la publicación de las obras de Marx y Engels en alemán. Otras ideas se las guardó para sus memorias, como muchos de sus juicios sobre el comercio de cereales y su posición frente al marxismo y la Teoría Crítica elaborada en el marco de la Escuela de Frankfurt.

El estudio de esos textos demuestra que no sólo escribió sobre su país natal, aunque este fuera el centro de su interés. Sin embargo, salvo excepciones, tanto sobre su obra en general como sobre su vida casi novelesca, sólo se escribieron en la Argentina artículos periodísticos o de tono biográfico, y su libro tardó más de sesenta años en ser publicado en español. Una documentación inédita o poco conocida, nos permite seguir la trayectoria de su vida y de su labor intelectual en la Argentina, Alemania y Estados Unidos.

En lo que respecta a la República de Weimar y al largo período que va de la Primera Guerra Mundial a la llegada del nazismo al poder en Alemania donde los Weil vivieron, no es nuestro propósito realizar una historia de todo lo acontecido en esa época, ni hacer una nuevo análisis de la Escuela de Frankfurt, que cuenta con una bibliografía abundante y relevante por sí misma. Sólo nos interesa lo relacionado con la vida de Félix y de su padre, y con la producción intelectual del primero. Si mostramos los debates que tuvo con otros miembros de la escuela o autores fuera de ella, cuyas opiniones también exponemos, lo hacemos siempre en función de resaltar sus propias ideas.

Es una vida compleja y contradictoria que requiere, para entenderla mejor, comenzar desde el principio y enlazarla con la historia misma del país donde Félix J. Weil nació y donde su padre labró la fortuna.

En la Argentina existen aún algunos velos que debemos levantar si pretendemos entender mejor nuestra propia historia, como aquel que cubre la figura casi olvidada hasta hace pocos años de Félix José Weil, un intelectual y mecenas argentino, hijo de un rico comerciante de granos judío-alemán que hizo su fortuna en el país. Weil es conocido sobre todo por haber financiado en Alemania, antes de la llegada del nazismo, un instituto de estudios sociales, económicos y filosóficos que dio origen a la famosa Escuela de Frankfurt, integrada por prestigiosos pensadores europeos de izquierda, cuya influencia trascendió en los movimientos estudiantiles de 1968.

Esta biografía se centra en torno a la persona de Weil, sus labores institucionales, sus compromisos políticos y sus contribuciones intelectuales. El título «bolchevique de salón» era un apodo que el mismo Weil irónicamente se daba y que fue también utilizado a su respecto por otros conocidos suyos. Era un nombre frecuente en la Alemania de la época para mencionar a aquellos que eran revolucionarios sólo de palabra. En verdad, no fue estrictamente su caso pero llegó a aceptarlo.

El libro comprende también la historia de su padre, Hermann, y de la compañía de exportación de granos que dio origen a su fabulosa fortuna, así como la incidencia y forma de actuar de ese tipo de empresas en el boom agroexportador de fines del siglo XIX y las primeras décadas del XX. Hermann, de humildes orígenes, fue un personaje igualmente notable tanto por sus emprendimientos empresariales en la Argentina, donde especulación e ingenio jugaron a la par, como por su vinculación con el imperio alemán durante la guerra o su posterior apoyo a las iniciativas contestatarias de su hijo.

Un elemento común de las publicaciones sobre la Escuela de Frankfurt es que toman por lo general a Félix sólo como su mecenas, no como una figura destacada intelectualmente entre sus miembros. Habría que preguntarse, como veremos a lo largo del libro, si la segunda aserción es cierta. «Félix Weil, hijo de un millonario, funda un instituto de marxismo con la esperanza de poderlo entregar algún día a un victorioso Estado alemán de consejos obreros.» Con esa frase, que encabeza el primer capítulo de su gran obra sobre la Escuela de Frankfurt, Rolf Wiggershaus da por definido y casi terminado el rol de Weil en ella. Por suerte no fue así, de lo contrario este libro y la investigación apasionante que lo precedió, no tendrían sentido. Lo más extraño quizá, porque sus trabajos escritos se centraron sobre todo en la Argentina, es que aquí tampoco resultó debidamente valorado.

En su caso, sus vivencias personales y su toma de conciencia de los cambios políticos, económicos e ideológicos que se produjeron en el mundo con la Primera Guerra Mundial y las revoluciones rusa y alemana, tendrán sobre él una influencia decisiva que lo llevaría a romper con su medio y a destinar su fortuna a actividades académicas y militantes donde se sostenían principios contrarios a sus propios intereses personales.

Su vida, que parece extraída de una novela, incluye su niñez en Buenos Aires; una educación secundaria y universitaria en Alemania; su participación a favor de su país de adopción en la Primera Guerra Mundial; su adhesión al marxismo; su intervención después de la guerra en actividades revolucionarias en Europa y América del Sur; la creación del Instituto de Investigación Social de Frankfurt; sus vínculos con la Rusia soviética; el retorno a su país de origen en 1920, que dio por resultado un trabajo sobre la clase obrera argentina; su colaboración en la Argentina de los años treinta con el equipo económico de un gobierno conservador y fraudulento, representante de la vieja oligarquía que él condenaba, pero entre quienes tenía algunos amigos; y la publicación, en 1944, en Estados Unidos, donde se radicó hasta su muerte, de un único, notable y controvertido libro, Argentine Riddle (El enigma argentino). En ese texto realiza un precursor y polémico análisis histórico y de la coyuntura argentina de entonces, en el cual se interroga acerca de lo que podría ocurrir en el país luego de la experiencia de la crisis mundial y de la guerra.

Allí muestra sus cualidades de economista e historiador y pertenece a lo mejor de lo escrito sobre el país para su época, aunque sostenga propuestas discutibles, tenga errores en la interpretación de algunos hechos clave y hoy, a la luz de la nueva bibliografía aparecida posteriormente, podamos hacer un balance más crítico de su contenido. Su análisis descarnado sobre la cuestión agraria y la industrialización, así como su enfoque interdisciplinario siguen valiendo todavía y constituyen uno de sus mayores méritos.

A ese libro se agregan artículos y reseñas sobre problemas de la industrialización en América Latina y sobre la economía y la política de la primera presidencia de Perón, además de una serie de trabajos en torno a cuestiones más técnicas en las que participó como en la elaboración de la ley de impuesto a los réditos en la Argentina.

También realizó varios ensayos y artículos polémicos con respecto a temas económicos y políticos clave de su época, algunos con planteos teóricos, otros de divulgación: el proceso de socialización, el capitalismo de Estado y la planificación económica, el nazismo, la experiencia soviética, el New Deal. Editó trabajos de Rosa Luxemburgo y acerca del antisemitismo, y estuvo involucrado en la publicación de las obras de Marx y Engels en alemán. Otras ideas se las guardó para sus memorias, como muchos de sus juicios sobre el comercio de cereales y su posición frente al marxismo y la Teoría Crítica elaborada en el marco de la Escuela de Frankfurt.

El estudio de esos textos demuestra que no sólo escribió sobre su país natal, aunque este fuera el centro de su interés. Sin embargo, salvo excepciones, tanto sobre su obra en general como sobre su vida casi novelesca, sólo se escribieron en la Argentina artículos periodísticos o de tono biográfico, y su libro tardó más de sesenta años en ser publicado en español. Una documentación inédita o poco conocida, nos permite seguir la trayectoria de su vida y de su labor intelectual en la Argentina, Alemania y Estados Unidos.

En lo que respecta a la República de Weimar y al largo período que va de la Primera Guerra Mundial a la llegada del nazismo al poder en Alemania donde los Weil vivieron, no es nuestro propósito realizar una historia de todo lo acontecido en esa época, ni hacer una nuevo análisis de la Escuela de Frankfurt, que cuenta con una bibliografía abundante y relevante por sí misma. Sólo nos interesa lo relacionado con la vida de Félix y de su padre, y con la producción intelectual del primero. Si mostramos los debates que tuvo con otros miembros de la escuela o autores fuera de ella, cuyas opiniones también exponemos, lo hacemos siempre en función de resaltar sus propias ideas.

Es una vida compleja y contradictoria que requiere, para entenderla mejor, comenzar desde el principio y enlazarla con la historia misma del país donde Félix J. Weil nació y donde su padre labró la fortuna.



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